Encontrar un buen fisioterapeuta en Coruña

EDITO EN 2016 DESPUÉS DE MUCHAS TERRIBLES EXPERIENCIAS CON FISIOS QUE SE MENCIONAN AQUÍ Y OTROS.

OS VOY A HACER UN RESUMEN DE MIS CONCLUSIONES: UN BUEN FISIO TIENE LISTA DE ESPERA. SIEMPRE.

ASÍ QUE ESE ES EL CRITERIO. NO HAY MÁS.

Y CUIDADO CON LA OSTEOPATÍA, A MÍ UN ESPABILADO (QUE TAMBIÉN ERA FISIOTERAPEUTA, OJO) ME PROVOCÓ UNA LESIÓN DE LA QUE AÚN ME ESTOY RECUPERANDO.

SED PRUDENTES Y NO OS PONGÁIS EN MANOS DE CUALQUIERA.

COMPARTID VUESTRAS EXPERIENCIAS EN LOS COMENTARIOS, ES LA MEJOR MANERA DE AYUDARNOS. YO AÚN SIGO BUSCANDO. 

SUERTE :)

Llevo toda mi vida buscando un buen fisioterapeuta.

Bueno, toda mi vida no, porque de pequeña y mediana no lo necesité, y cuando me empezó a hacer falta con urgencia (tengo una hernia discal en la zona lumbar) ya estaba en Lugo, donde tiene consulta un fisioterapeuta buenísimo que se llama Emiliano y está en la calle Río Lor. Allí es muy conocido por su buen hacer, de hecho suele tener la consulta hasta los topes, pero siempre saca hueco para atender a todo el mundo, o al menos eso hacía hace ya (OMG, ¡¡cómo pasa el tiempo!!) 10 años… Pero ya sabemos que lo bueno nunca cambia. Como dato anecdótico, que quizá en la profesión de fisioterapeuta tenga más importancia de lo que parece, cabe decir que es ciego.

No recuerdo cuánto cobraba, pero no era caro, eso seguro.

Cuando viví en Ferrol estuve yendo a uno que era caro y breve, con consultas muy escuetas, o al menos esa fue la sensación que me quedó a mí. No era malo, de hecho fue el primero que me dijo que sospechaba de la posibilidad de una hernia discal, pero tampoco atendía siempre él, tenía una especie de becario inexperto que me masajeaba la cacha. Estaba por la zona de Esteiro y fui, sencillamente, porque me entraba en el seguro. Acababa de tener el accidente y cogí lo primero que me dieron, sin complicarme demasiado. Pero eso no es bueno, en cosas de salud siempre merece la pena complicarse y buscar lo mejor.

Por la zona de Ferrol se habla bastante bien de un chico que se llama Marcos. Tenía la consulta en San Valentín y es especialista en lesiones deportivas, no sé ahora si sigue teniendo la consulta en el mismo sitio (yo nunca llegué a ir, así que hablo por referencias de terceros). Lo que sí me han dicho es que le va muy bien y ya tiene a gente contratada, así que puede que no te atienda él, sino un empleado.

En Coruña estuve mucho tiempo yendo a fisioterapia por medio de la Mutua Universal. Me atendió una chica que se llama Ana, que estaba bastante quemada porque no podía hacer lo que quería sino más bien lo que hacía cuadrar las cuentas de la empresa en la que trabajaba. Yo llegaba, me tumbaba en la camilla, me ponía calor, me ponía corrientes y me masajeaba un poco. Ya no me hacía nada más porque decía que, al tener una hernia, prefería no tocarme. Y mientras me atendía a mí, atendía también al resto de tullidos que estaban en la sala.

Me salía gratis, pero creo que tiré el tiempo sobremanera.

Me dieron el alta cuando se cansaron de mí, diciéndome que el dolor que me quedaba se me iría solo con el tiempo. Recuerdo que a la fisioterapeuta le temblaba la voz cuando me lo dijo. Por aquel entonces yo aún pensaba que todo el mundo era bueno, y me lo creí. Evidentemente, con el tiempo ese dolor concreto se me fue, pero aparecieron otros. Siempre aparecen otros. No tenía que haber aceptado el alta médica (no laboral, que estuve trabajando igual con mi pata chula, ¿eh?) y tenía que haber compaginado la fisio gratis con un fisioterapeuta de calidad.

A partir de aquella época empezaron mis pesquisas para encontrar lo segundo en Coruña ciudad y alrededores. La fisio gratis la volví a tener por la Seguridad Social ya que, a los pacientes crónicos, nos corresponde como derecho. Yo esto no lo sabía, y nunca nadie me lo había dicho hasta que vino una médico de cabecera nueva a sustituir a la mía de siempre. Pero fui un día y no volví: era como la mutua pero peor. El fisioterapeuta funcionario ni me tocó porque dijo que ya estaba diagnosticada, una enfermera con mala leche me metió en un cuarto que parecía un armario, me mandó desvestirme de cintura para arriba y después salir a una sala tipo circuito de hamster llena de gente. Yo me puse nerviosa y me negué, no sé que me pasó. Ahora lo pienso y me da la risa. Le dije que me parecía que me estaba quitando la dignidad, que no quería salir en bolas ante esos desconocidos. «Pero si está todo el mundo igual…» me dijo la enfermera cabreada. «No me importa», y conseguí salir con una camiseta interior bastante cutre, pero algo era algo. Y después lo típico, pero con aparatos sobrantes de la segunda guerra mundial: primero una camilla y calor; después a levantarme, otra camilla y electricidad; después arriba otra vez, camilla nueva y unas luces raras en el culo. El fisioterapeuta funcionario venía de vez en cuando, chasqueaba los dedos y me preguntaba qué tal. Yo flipando, mucho.

Así que, como dije al principio, no volví. Para hacer el idota lo hago en la intimidad de mi casa.

Y el fisioterapeuta de calidad… Buf, lo que me ha costado. Que si mi hermana es fisio, que si mi prima, que si es muy buena, bla bla bla. Probé también en cadenas tipo franquicias con resultados desastrosos y personal desmotivado. Y finalmente hallé  algo de consuelo en Fisioterapia Marineda, en la calle Médico Durán (que parece que la hayan escogido a propósito :D ). Son un chico y una chica. Tienen bonos que hacen que las sesiones salgan más económicas. ACTUALIZO: Me estaba tratando con la chica y de golpe a porrazo me dice que se va de vacaciones así que tuve una recaída del copón. Ahora que he ido a más fisios veo sus errores, como que no me daba ejercicios, me mandó comprar una elíptica y resulta que a mí me sobrecarga las lumbares y ahora la tengo tirada en casa… Ved también los comentarios, hay gente que tuvo malas experiencias.

Esto de los bonos es muy curioso. Hoy en el urbano iba pensando en el efecto psicológico que producen. El caso es que se pagan por adelantado, por ejemplo, yo tengo comprado un bono de 5 sesiones. Como ya lo tienes pagado, da menos dolor en el bolsillo gastarlo, y creo que vas más que si tuvieras que pagar la sesión de cada vez. No sé, es la impresión que tengo, pero a lo mejor son paranoyas mías, que ya dije más veces que soy un poco raruna :D

Me han hablado muy bien de Antolín Silva, un osteópata graduado en Estados Unidos, pero es carísimo. De verdad, carísimo. Del orden de 90 euros por sesión o más. Yo no me puedo gastar ese dinero ni de coña, aunque me imagino que si tuviera más dolor buscaría la manera de conseguirlo porque los que padecemos, cuando padecemos, sabemos bien de qué va esta historia. ACTUALIZO: Fijaos en un comentario que pone un enlace dónde una persona se queja de que este osteópata le provocó una lesión en las cervicales. Yo misma tuve una experiencia similar, aunque no con él si no con un sustituto en la seguridad social. OJO DÓNDE NOS METEMOS.

Y una chica de la Liga Reumatológica Gallega que también tiene lo suyo me habló de la Clínica Atlas, en Culleredo. Este es más baratillo que Antolín Silva, pero no tiene los precios populares de Marineda. Está en Culleredo, que para mí es otro inconveniente, salvable en un determinado momento pero, por ahora, inconveniente. No lo conozco de nada. Allí también hablan bien de Acupuntú, en plan terapias alternativas, pero a mí eso me da miedo.

Y esto es lo que he podido averiguar, tras muchos años penando y dando tumbos aquí y allá. Ojalá le sirva de ayuda a alguien, que parece que para encontrar un médico bueno primero nos tienen que atracar varias veces, hombre.

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